viernes, 17 de julio de 2009

Mi paso por Ham Do

Cuando rendí los exámenes correspondientes a la graduación de 1° Dan y al Ham-Do Instructor College hice una especie de balance con respecto a porqué y para qué soy parte de Ham-Do y cómo esta disciplina influye en mi vida día a día.
En este proceso descubrí o mejor dicho redescubrí y reconocí los cambios que se produjeron en mí en estos años de entrenamiento. Desde que me acerqué a Hwarang Do Kwon y sobre todo desde que hago Ham-Do descubrí que numerosas veces las relaciones son más superficiales de lo que parecen y es necesario hablar con las personas para poder conocerlas y conocerse a uno mismo, y que a veces te apoya quien menos pensabas que lo haría; que el mundo no espera a nadie, por eso yo tampoco pretendo esperarlo ni que me espere, y también que muchas veces se confunde compromiso con exigencia, desde ahora tengo mayor compromiso y ya no tanta exigencia, yo creo que no hay que forzar las cosas. De esta manera hice nuevos amigos, reforcé mis vínculos con algunas personas, mejoró mi autoestima y aumentó mi seguridad personal.

Obviamente que siempre tengo alguna meta pendiente que me sirve de motivación pero en estas condiciones de bienestar interior fueron mayores mis logros y puedo disfrutar más de ellos. Es casi increíble la energía que se siente en los entrenamientos, reuniones, exámenes y demás eventos donde nos juntamos los practicantes de Ham-Do. Ese tipo de experiencias son inolvidables para mí, como el Mundial 2008, mi examen de cinturón negro, el de 1° Dan, el del College, mi primer clase del lado del instructor, las reuniones en el Gorki para hacer acrobacia, la clase especial con la gente de Uruguay en el club Fragio, La Copa Samurai (donde me entregaron el cinturón negro).En todos estos eventos noté algo en común: la gente está dispuesta a contribuir, no tratan de superar a los demás, sino de superarse a sí mismos, disfrutan al máximo las cosas que los hacen sentir bien, y el amor, el respeto y la confianza son denominadores comunes.

Me encanta ayudar a los demás y, ¿a quién no le gusta sentir que tiene un apoyo incondicional? Eso es lo que encontré y aunque no me daba cuenta, seguramente lo estaba buscando.Es por todas estas cosas que estoy recorriendo este camino, cosas que están registradas en mi blog, pero sobre todo en mi corazón; cosas que me hacen sentir bien y me ayudan a mejorar como persona. La práctica de Ham-Do colaboró para darme cuenta de que mi temprana edad no es impedimento para cumplir las cosas que quiero, sino que tengo el tiempo que necesito para realizarlas aunque no debo desperdiciarlo sin olvidarme de disfrutar.

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