Por mi parte estuve planillando, cronometrando, ayudando a los utileros, armando los pisos de las áreas y algunas otras tareas junto con un grupo de excelentes personas (no las nombro ahora porque son bastantes y sobre todo por temor a olvidar alguna) a quienes les agradezco y felicito como igual por estar contribuyendo por una causa común. Además quiero felicitar a los ganadores del Desafío de Campeones, tanto por forma como por combate, y a los del Combate por Naciones.
Este tipo de competencias sanas me parece que es una muy buena manera d
e expresar que la forma de relacionarnos puede cambiar con sólo proponérnoslo. Los competidores, instructores e incluso espectadores de todos los países que concurrieron demostraron que es posible que gente de distintos puntos del mundo se unan pacíficamente para compartir las emociones y demás cosas que trae aparejadas un evento de tal magnitud que identifica e involucra a muchas personas, y ver eso es algo realmente gratificante.
En lo personal quiero felicitar sin dejar de agradecer al idealizador y organizador: Eduardo Sánchez. Él principalmente es quién me hizo notar que cada uno debe luchar por conseguir sus objetivos y que todo es posible si sabemos qué es lo que queremos y para qué lo queremos y estuvo plasmado todo el tiempo en el mundial. También quiero resaltar los vínculos que creé o fortalecí en este tiempo y que se consolidaron en el transcurso de esos días, tanto con mis compañeros y demás gente de Buenos Aires como con la delegación de Uruguay, con quienes me he llevado muy bien desde el instante en que nos conocimos entre fines del año pasado y principios del corriente año y espero que nos mantengamos en contacto.
Para concluir este mensaje les dejo estos refranes relacionados con lo que escribí:
"un grano no hace granero pero ayuda al compañero" y “piedra sobre piedra, a las nubes llega”. Les sugiero que los tengan en cuenta.
